lunes, 25 de febrero de 2013

¿Quiénes mandan?

Una imagen vale más que mil palabras. Es fácil ver que quienes realmente mandan no son estos politiqueros sino los grandes bancos, las grandes empresas y las grandes propiedades que hay detrás, a la sombra. Ellos solo son los manijeros, los capatices.


De los creadores de "¡que soy compañero, coño!"


¿Todos los políticos son iguales?



Artículo para el IDEAL (si cuela):



Decía Antonio Gramsci que cuando el viejo mundo no termina de morir y el nuevo no termina de nacer, surgen los monstruos. Qué duda cabe de que los pilares que sostienen al viejo mundo -que nació con síntomas de vejez- sufren un déficit de consenso tan evidente como para hablar, en términos del recurrido sardo, de ‘crisis de régimen’: monarquía, bipartidismo… Qué duda cabe, por otra parte, de que el nuevo mundo no está aflorando a una velocidad directamente proporcional.

Corren tiempos de confusión. Estamos en estado de shock, paralizados. Ayer vivíamos en el mejor de los mundos posibles y hoy todos nuestros planes de futuro se han derrumbado. Estalló la burbuja inmobiliaria y con ella la burbuja mental que nos situaba dentro del cómodo imaginario colectivo basado en aquello de “tú a lo tuyo y el que venga detrás que achuche”. Estamos tan desesperados que no podemos pararnos a analizar qué está pasando de manera reflexiva. Tenemos prisa y las prisas no son buenas.

Es este un escenario perfecto para que se cuele cualquier mensaje que nos dé una respuesta sencilla y satisfaga nuestro bajo instinto. Un escenario perfecto para que surja el monstruo de la ‘antipolítica’, transmitida, por ejemplo, en el concepto “clase política” o más alegremente a través del “todos son iguales”.

De esta manera, uno encuentra en “los políticos” el chivo expiatorio sobre el que cargar todos sus pecados. La coartada perfecta para evitar calentamientos de cabeza que nos llevarían a descubrir, entre otras muchas cosas, que detrás de un político corrupto hay un negocio privado –corruptor- que se lucra o que algunos políticos advirtieron hace años las consecuencias del Tratado de Maastricht léase Europa de los mercaderes, de la Ley 15/1997 gracias a la cual hoy se puede privatizar la sanidad o de la Ley del Suelo de 1998 que inauguró la mayor etapa de corrupción de nuestra historia reciente.

Julio Anguita hablaba hace unos años de la descalificación general de ‘los políticos’ como coartada para justificar nuestros propios chalaneos, menores pero corrientes. Hoy la coartada es doble, pues también cumple la función de inmovilizarnos: no tiene sentido organizarnos para intentar cambiar el estado actual de cosas porque al final todos son iguales. De esta manera, incluso el que no tiene nada que perder salvo las deudas, interioriza el mensaje de que no hay Alternativa.

Decía uno que desgraciados los tiempos en los que hay que explicar lo obvio. Pero decía otro que ante el pesimismo de la razón, el optimismo de la voluntad. La ruptura de los consensos de la llamada Transición abre un escenario inédito en el cual tenemos posibilidades reales para dar la batalla política e ideológica. Para disputar la hegemonía, dicho, de nuevo, en términos gramscianos. Porque tenía razón el multimillonario Warren Buffet cuando afirmaba que la lucha de clases seguía existiendo pero era la suya la que iba ganando, aunque cabe una matización: esto no es una lucha, es un repaso.

En fin… Tocan días de trabajo agrario, pedagógico, didáctico. Podríamos empezar explicando que no existe una “clase política” sino políticos que defienden a distintas clases; que el problema no es la política sino la politiquería y, precisamente, la ausencia de política; que políticos somos todos los que creemos que no vivimos en el mejor de los mundos posibles; que es hora de asumir nuestra responsabilidad como pueblo y dar un paso al frente para jubilar a quienes han visto en el noble arte de la política una ganga para su enriquecimiento personal.

Debate sobre el Estado de la nación

jueves, 21 de febrero de 2013

martes, 19 de febrero de 2013

Otra vez Los Manolos haciendo de mamporreros


Es curioso el trato de Los Manolos sobre el caso de Salva Ballesta (un tipo al que entre otras cosas le gustaría conocer a Tejero). Dicen Los Manolos de él que está "cercano a la derecha". En cambio, dicen de los Celtarras y de quienes se han opuesto a su fichaje que están "cercanos a la extrema izquierda". Es curioso cuánto se puede derechizar el panorama con tan solo un par de palabras: si el golpismo franquismo es "la derecha", sin más, ¿la extrema derecha qué es? ¿Y eso que llaman "centro" dónde está? En fn, Salva... Vete de tertuliano a Intereconomía que fuera de ahí pintas poco.

lunes, 18 de febrero de 2013

Lo mejor de los Goya





Lo mejor, además: los (leves) reconocimientos a Grupo 7 y el Goya a José Sacristán. Lo imposible es un timo y Blancanieves está bien, sin más. Lo peor: el Goya a Tadeo Jones y que lo de siempre.

lunes, 11 de febrero de 2013

jueves, 7 de febrero de 2013

miércoles, 6 de febrero de 2013

"Ya semos europeos"


Exactamente esto fue lo que aceptaron todas las fuerzas políticas (salvo muy poquitas) encabezadas por el PSOE cuando nos vendieron la Europa de dulzaina, de progreso, de modernidad. Ya éramos europeos, ya éramos como ellos.

martes, 5 de febrero de 2013

Una elucubración nocturna


Un pueblo consciente, combativo y organizado que tome el Poder y diga:

Banqueros, empresarios, políticos corruptos y demás parásitos, nosotros somos buena gente, pacífica y civilizada como lo llevamos demostrando toda la vida trabajando honradamente y sin hacer mucho ruido, pero ha llegado un momento en el que esto ya es insostenible; o nosotros, que somos la inmensa mayoría del país, o vosotros. Está visto y comprobado que nuestros intereses son contrapuestos, antagónicos e irreconciliables (lo que es bueno para vosotros es malo para nosotros, vuestros sobres son nuestros recortes), así que es necesario que cambian las tornas:

Todos los que os habéis hecho multimillonarios a nuestra costa, si ha sido mediante triquiñuelas "legales" (ilegítimas en todo caso) no vais a pisar la cárcel, simplemente vuestro patrimonio será expropiado y repartido entre quienes lo merecen (y necesitan) y además vais a trabajar desde el día de mañana en la obra o en el campo.

Todos los que os habéis hecho multimillonarios saltando incluso vuestra propia legalidad, vais a ir a la cárcel durante una temporada. Y cuando salgáis, para que veáis que no somos vengativos, simplemente tendréis que empezar de cero como todo hijo de vecino trabajando como asalariados, en el campo, la obra o la mina como prioridades para que podáis 'reinsertaros' y sentaros al lado de cualquier compatriota sin sentiros como bichos raros.

Eso como primer paso hacia una sociedad donde gobierne la mayoría. Donde la corrupción, el robo y la explotación no sea el pan de cada día. Donde la justicia, la igualdad y los derechos humanos más básicos sean incuestionables. Donde de cada cual según su capacidad y a cada cual según su necesidad.

... Esto, si lo dijera alguien "neutral" y si se leyera sin prejuicios de ningún tipo, sería apoyado por la inmensísima mayoría de los lectores, lo cual quiere decir dos cosas:

- Hay abierto un nuevo marco político, mucho más amplio y con muchas más posibilidades, donde puede calar perfectamente un discurso tan de mayorías como rupturista.

- Hace falta mucha mayéutica, mucha mano izquierda y mucha paciencia.

lunes, 4 de febrero de 2013

Vísteme despacio que tengo prisa

Yo no me fiaría mucho de quienes proponen "frentes populares" y hablan de unidad entendiendo ésta como una alianza de siglas o, el colmo ya, de personalidades. Tampoco me fiaría mucho de quienes hablan de todo eso pero omiten hablar de regeneración democrática, de refundación, de nuevas caras o de una manera de hacer política más abierta (y más rígida en principios), más participativa y, en resumen, más honesta. ¿Unidad? Por supuesto, pero... ¿En torno a qué? Creo, desde mi humilde punto de vista, que hay personas, y sobre todo personalidades, que llevan muchos años viviendo en el limbo y por eso dan palos de ciego: no entienden nada.

Aviso para navegantes

Este es un blog personal. No hablo en nombre de ninguna organización, esto quiere decir que, más allá de mi militancia, únicamente soy yo el responsable de las opiniones que aquí se vierten. Esto quiere decir, también, que no respondo más que a mi conciencia ("que tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo"). Y esto, por descontado, quiere decir que no respondo a quienes comentan de manera beligerante, irrespetuosa, sectaria o sencillamente sin argumentar. Se agradecen los comentarios y la participación, pero siempre de manera constructiva. Desde este blog he aportado (muy modestamente) películas, música e ideas que han sido de interés para mucha gente. Es mi granito de arena. Podré estar equivocado pero esta es mi casa.

sábado, 2 de febrero de 2013

¿Qué hay detrás del caso Bárcenas? (diez puntos a tener en cuenta)

La tierra tiembla (Luchino Visconti, 1948)

1 Los sobres y la cifra de 22 millones de € es algo anecdótico. Baste recordar  que el robo-fraude fiscal al año por parte de las grandes empresas con beneficios multimillonarios equivale al 72% de 90.000 millones de €. El 72% de 90.000 millones de € al año, sí, han leído bien. Y esta cifra, nada despreciable, sigue siendo anecdótica e insignificante si tenemos en cuenta cuánto puede robar al año esa minoría oligárquica mediante triquiñuelas y trapicheos, muchos de ellos legales como el caso de las SICAV.

2 No hay corruptos sin corruptores. Dicho de otra manera: detrás de cada político corrupto hay una empresa, un banco y, en definitiva, un negocio privado que se lucra. Aún más sencillo: el político corrupto es el capataz de la cuadrilla, el manijero, pero no el verdadero dueño ni del cortijo ni de la haza (la oligarquía financiera). Identificar el papel pesebrero del político corrupto es un paso pero quedarse ahí y no ir al fondo de la cuestión es un error que puede costar muy caro.

3 La corrupción es algo consustancial y congénito a la forma de organizar el poder (no solo el político) en el capitalismo. Un sistema basado en la lógica del máximo beneficio pudrirá de manera inevitable todos y cada uno de los rincones de la sociedad: la Operación Puerto y el dopaje en el deporte también es corrupción; ampararte en la corrupción de ciertos políticos para justificar la tuya, aunque sea más pequeña, también es corrupción; pisar al de al lado para ascender en el trabajo o en la universidad también es corrupción;  pelearte por la herencia de un familiar fallecido cual ave de rapiña también es corrupción; etc. Mientras haya capitalismo habrá corrupción, por lo tanto para acabar con la corrupción debemos acabar con el capitalismo. No se trata (solo, o de manera más importante) de un problema de honestidad.

4 El conjunto de instituciones políticas forma parte de la superestructura que la clase dominante utiliza para presentar sus intereses como los intereses de la mayoría. El poder político es, a fin de cuentas, el poder organizado de la clase dominante para estafar y someter a las clases dominadas. Esto quiere decir que estas instituciones, tal que así, son uno de los embriones de la corrupción, por lo tanto, de lo que se trata es de transformarlas para ponerlas al servicio del pueblo, sometiéndolas a una lógica distinta –y contraria- a la del máximo beneficio de unos pocos sobre la miseria de muchos.

5 Estos últimos casos de corrupción (Botsuana, Amy Martin, Bárcenas…) ponen de relieve la decrepitud de un régimen sin legitimidad (cuando no hay consentimiento aparece el verdadero carácter represor del Estado, ahí están los últimos imputados por el 14N) y con sus cimientos más cuestionados que nunca: el bipartidismo como expresión de la de “democracia representativa”, la monarquía del “todo atado y bien atado”, la sacrosanta Constitución y la reforma del artículo 135 para pagar antes a los bancos privados que la educación, la unidad de España como destino universal también para la burguesía catalana y vasca, un poder judicial cuyas leyes, como las telarañas, sólo atrapan a los pequeños, etc.

6 Que el régimen se cae es evidente (esto no implica que lo que venga sea mejor, todo depende de la correlación de fuerzas) y ellos lo saben mejor que nadie, por eso aprovechan sus propios casos de corrupción para alimentar el peligroso mensaje de la “antipolítica”. El “todos son unos corruptos” primero consigue que la indignación quede en agua de borrajas y no se transforme en Alternativa (para qué si al final todos van a lo mismo) y segundo allana el terreno para un Golpe de Estado que ayer sería militar (como en el 36) y mañana será tecnócrata. La corrupción italiana engendró al monstruo de Berlusconi.

7 Sólo entendiendo la posibilidad de un golpe tecnócrata y un gobierno de concentración entre las fuerzas del régimen se puede entender el papel de los medios de comunicación. Éstos son empresas privadas dependientes de los intereses políticos e ideológicos de la oligarquía financiera y, por ende, de sus representantes políticos encabezados por el bipartidismo. Tras décadas callando casos de corrupción y escándalos de todo tipo, me resulta difícil creer que justo ahora, en un contexto potencialmente pre-revolucionario, les haya dado un ataque de deontología periodística.

8 Estamos en un período crucial de nuestra historia en el que la oligarquía está empezando a reconfigurar las piezas del tablero a su favor, iniciando su propio proceso deconstituyente, incumpliendo su propia legalidad y cercenando su propio marco político-institucional. En otras palabras: al capitalismo le queda grande su propia ‘democracia burguesa’.

9 Quienes quieren cambiar el estado actual de cosas no deben (siempre en mi opinión) dejarse seducir por los mil y uno Frentes Populares que se están proponiendo en todos los lugares. Lo que deben hacer es elaborar un programa mínimo de manera colectiva junto a todas las organizaciones, sindicatos, movimientos sociales y personas a título individual que pretendan superar el sistema, enmarcado en un marco estratégico de acción a medio plazo. Esto es incompatible con sopas de siglas o pactos por arriba. Es importante entender que para un Proceso Constituyente  (“o algo parecido”) no sólo deben venir los que se fueron sino que deben venir más de los que estamos.

10 Las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante. Esta clase, mediante la superestructura anteriormente citada, consigue imponer su visión del mundo, su filosofía, su moral, su sentido común. Esto quiere decir que siempre habrá una parte de los dominados que ayer defendían que la crisis es culpa de la izquierda y hoy que Rajoy no tiene nada que ver con el caso Bárcenas. Es importante asumir esto porque pretender ser el 99% es caer en la desmoralización y en el inmovilismo, sin que esto signifique renunciar a ser mayoría, máxime en un contexto de “crisis nacional” en el que los de abajo están empezando a hablar de política por primera vez abriendo así un nuevo marco político inédito hasta hace poco.

viernes, 1 de febrero de 2013

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